Damián Andreñuk

Contra el filo del mundo

Arde contra el filo del mundo
la golondrina luminosa de la infancia
en esta piara con pezuñas afiebradas
en este pantanal cubierto por palomas
en este circo oscuro y su vanidad interminable.

Arde contra el filo del mundo
la sangre que detona desde el alma
para lo valioso lo extático lo vivo
para el grito celeste de la primavera
para la comunión de labios y frutas y jazmines.

Arde contra el filo del mundo
contra un asqueante remolino de cifras miserables
contra las víboras del ego sin mesura
la inocencia en su ropaje de azucenas
la piel lacerada de la bondad y sus milagros.

Felicidad transparente

He asimilado la vastedad.
Cuando mi mirada liberó todas sus cargas
como escombros encendidos.
Cuando mi pecho aceptó su sombra antigua
de cuervo que agoniza.
Cuando mi lengua saboreó una mujer
con nuestras almas fusionadas.

He forjado la llave milagrosa
para mutar con elegancia al Otro Lado
y no volver a este denso territorio

2

repleto de trampas
repleto de prisiones.

He tiritado en la cumbre del temor.
He quemado las máscaras mundanas
perdido en el ocaso brutal
de la última felicidad transparente.

Lucha salvaje

Acribillado
por una gris codicia.
En las contradanzas del idilio.
Entre crímenes y rosas.
Con la certeza más feroz
ante todos los abismos.

Añoro el principio;
los juegos sin reloj,
las manos de mi abuela,
el asombro indecible
mirando a una tortuga.

Es duro conocer el rencor.
La lucha salvaje por la supervivencia.
El verano desmedido quemando las cosechas.
Que a veces no hay nada
debajo de las máscaras.

Alternancia agridulce
de música y aullidos.

Acuarelas abstractas de Ana Castañer
“Luz y color del mediterráneo”

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