Danza

DANZANDO ESTALLIDOS

Desde el principio de los tiempos la danza ha formado parte del ser humano. No sólo como forma de expresión artística, sino también como medio de comunicación. El vínculo del ser humano con la naturaleza, la profunda búsqueda de un ser superior, el deseo de entregar ofrendas a lo que algunos denominaban «divinidad», hacía que el hombre primitivo quisiera entregarse a sí mismo, con movimientos corporales, en demostración de respeto a su deidad. No podemos dejar de lado el hecho de que estos mismos hombres y mujeres otorgaban a la danza una especie de poder mágico capaz de brindar curación a los enfermos o a quienes habían sido heridos en batalla; esa misma magia podía unir a una pareja de por vida.

Los latidos del corazón, el bombeo regular de la sangre por nuestras venas, no son más que pequeñas muestras de cómo nuestro organismo está enlazado con el ritmo desde que somos concebidos. Nuestro oído, aun estando en el vientre, está presto a escuchar cada sonido con el que, posteriormente, daremos vida al movimiento. Desde muy pequeños, podemos ver que los niños experimentan al mundo a través de los sentidos, meciéndose y conociendo su cuerpo mediante estímulos internos y externos, aunque estos movimientos no necesariamente sean armónicos.

Al crecer en edad y estatura, somos capaces de consolidar los movimientos de nuestro cuerpo, por lo que es más sencillo (sin ser danzarines profesionales) lograr que los movimientos de nuestro cuerpo vayan al ritmo de la música y se acompasen al mismo tiempo con el deseo de expresar algún sentimiento, ya sea amor, odio, ira, frustración, etc. Es natural que nuestros ancestros hayan atribuido poderes curativos a la danza, ya que, al bailar, liberamos hormonas (dopamina, oxitocina, serotonina, cortisol) capaces de hacer desaparecer un dolor de cabeza, el estrés, la tensión y muchas otras enfermedades que afectan directamente el sistema nervioso central.

Al adentrarnos al mundo de la danza, podemos pasar por una variedad enorme de estilos, desde los más refinados hasta los más populares, folclóricos y hasta callejeros, formales e informales. En todos los casos, requieran o no una constante disciplina, tenemos la plena libertad de expresarnos. Es aquí donde encontramos lo que tiene valor, después de todo, lo más importante es dejar que la energía y el movimiento fluyan por nuestro cuerpo para crear arte y sabernos libres por mero placer o para traer sanidad a nuestro cuerpo.

Es impresionante ver cómo la danza puede fusionarse con las demás disciplinas sin que suponga un tremendo esfuerzo.

En la búsqueda de artistas que logren esta fusión, conocimos a Pachy Paz quien logró hacer una fotografía que llegó a ser trending topic en Twitter. Pachy, junto a Oscar Seguel Mangiola y Catalina Duarte (bailarina de ballet) salieron a la calle el 25 de octubre del año en curso, para seguir dando vida a su proyecto «Danza en la Urbe», en el marco de las masivas manifestaciones en el centro de Santiago de Chile. En esta breve entrevista queremos reconocer y hacer público su trabajo como fotógrafa, dando a conocer el arte, no solo de la danza, sino también de la fotografía.

¿Desde cuándo trabajas como fotógrafo?

Pachy: Me inicié como fotógrafa aficionada en febrero de 2018, invitada por mi pareja, ya que estaba iniciando un proceso de reinvención.

Tengo entendido que la sesión de fotos que hicieron con Catalina Duarte es parte de un proyecto, ¿cómo nació este proyecto?

Pachy: Este proyecto lo inició hace tres años Oscar Seguel Mangiola «Danza en la Urbe», que consiste en sacar a bailarines de la academia y los escenarios o de la élite y llevarlos a la calle «democratizando la danza». Hacemos intervenciones urbanas que la gente que transita por la calle agradece, a veces aplauden o se suman a nosotros con sus celulares. El propósito es mostrar la belleza de la danza al ciudadano que no tiene acceso. La sesión realizada en la marcha más grande de Chile la planificamos dos días antes, la intención era tomar la foto frente a la marcha, pero era tanta la gente que decidimos hacerla en una calle lateral. Caminamos por Alameda hacia Plaza Italia, pero no pudimos avanzar más allá del cerro Santa Lucía. Decidimos ir a la calle Santa Rosa, encontramos unos señores de un sindicato con un lienzo, los fotografiamos junto a la bailarina, conversamos con unos jóvenes que prestaban primero auxilios. Pero nos dimos cuenta que atrás de ellos, estaba el contingente policial. Le pedimos a la bailarina que hiciera un gran jete y tomé la fotografía. Luego seguimos la sesión atrás de esos móviles, estaba fuerzas especiales y los zorrillos. Al terminar de tomar las fotos teníamos gente con sus celulares y cámaras detrás de nosotros y en ese momento el contingente policial comenzó a moverse.

En este caso la fotografía se fusionó con la danza. ¿Habías trabajado antes en algún otro proyecto donde dos o más ramas del arte se fusionen?

Pachy: Ese es nuestro trabajo, fotografiar a bailarines. Recién este año hice un curso de retratos, pero nuestra fotografía es la danza.

En Clan Kütral hemos hecho un esfuerzo para que adolescentes y jóvenes se animen a crear. ¿Crees que ellos pueden hacer brillar el arte por sí solos o crees que necesitan la guía de personas adultas?

Pachy: Pienso que hay jóvenes creativos que pueden hacerlo solos, pero la gran mayoría necesita una guía o alguien que les ayude a conocer las distintas disciplinas artísticas para que descubran que línea les gusta. También necesitan oportunidades para darse a conocer. En este país se pierde mucho talento joven por la poca valoración que se le da al arte. Muchos deben migrar para darse a conocer. Es difícil vivir del arte. En relación a las y los bailarines, son pocos los que quedan, por ejemplo, en el Municipal. La gran mayoría debe correr entre un trabajo y otro. Hacen clases, están en una o dos compañías, son muy sacrificados, responsables y disciplinados, pero les cuesta mucho vivir de esto. Otros se deben dedicar a otros rubros y dejar la danza. Tienen los mismos problemas que toda la sociedad chilena.

¿Cómo te has sentido después de haber hecho esa sesión de fotos?, ¿crees que de alguna forma te ha cambiado la vida?

Pachy: Me he sentido bien, nunca pensé que la fotografía sería la instancia de tener voz, de protestar. Hay personas que lo toman mal, como si fuera una burla al movimiento social y están equivocados, es otra forma de protestar, es mi forma. Cada uno hace presencia de alguna forma. Yo lo hago desde la belleza de la danza, desde la paz y la esperanza de que las cosas cambien. Hay personas que han reflexionado con las fotografías, otras muy contenidas y angustiadas han podido llorar. Cada persona ha interpretado con base en las emociones, biografías personales, gustos, etc. ¿Que si me ha cambiado la vida? No, mi vida sigue igual con los mismos problemas de todos los chilenos económicos, de salud, etc. Me he estresado más por el revuelo que causó la foto ya que mucha gente me escribe, me llaman, muchos me envían sus poemas, dibujos, acuarelas, que han hecho motivados por las fotografías de ese día que, por supuesto, he tratado de dar respuesta a todos, pero sé que he quedado al debe con varios. También he tenido más trabajo como voluntaria en taller de autocuidado para aquellos voluntarios de primeros auxilios en la zona cero, atención psicológica, taller de primeros auxilios psicológicos en la ONG, psicólogos voluntarios y no solo atención clínica.

¿Alguna vez has experimentado con la poesía, pintura, música, danza?

Pachy: En lo personal adoro cualquier tipo de expresión artística. Sin embargo, no he experimentado con ninguno de ellos, solo como autodidacta por ensayo y error. Mi madre siempre me llevó por el lado del deporte, supongo que fue por ser hiperactiva. Me habría encantado tener esas oportunidades. Es por eso que creo que los jóvenes deben tener oportunidades de conocer otras disciplinas como el arte y los deportes. Me encanta la música, la poesía, la pintura y por supuesto la danza.

¿Nos podrías contar cómo te marcó este fenómeno social? Como mujer, como profesional.

Pachy: El movimiento social ha traído muchas emociones no solo a mí, sino a todos los habitantes de este país. Aquellos que vivimos la dictadura tenemos mucho temor por nuestros jóvenes, la incertidumbre sobre qué sucederá en el día a día. Como madre, temor por los hijos y la familia. Pero también alegría de ver cómo la gran mayoría se manifiesta pacíficamente como bloque, desde los distintos ámbitos sociales, sin colores políticos, exigiendo que las demandas sean escuchadas. Desde el ámbito profesional he visto mucha angustia en las personas, lo que me ha llevado a capacitarme y hacer algo por ellos. Ser un colaborador más en el tema de salud mental tan dejada de lado en esta sociedad, mirada con tanto prejuicio en lugar de hacernos cargo y mejorarla.

¿Algún consejo que puedas darle a quienes aún no se animan a sacar el artista que llevan dentro?  

Atrévanse, atrévanse, no tengan miedo. Son capaces de aprender lo que se propongan, «el cielo es el límite», no permitan que los comentarios mal intencionados los limiten. Hay tiempo para todo y una cosa no limita la otra. Si tienes que trabajar, date el tiempo para hacer arte, busca las oportunidades de aprender lo que te gusta. Si estudias, aprovecha los tiempos libres. El arte emociona y te enriquece como persona. No pierdas la esperanza de que algún día el arte será valorado en este país. NO TE RINDAS, te sorprenderás con los resultados.

«Danza en la Urbe»   @Paz.pachy
Foto realizada en el marco de una protesta de ciclistas apoyando el movimiento Chile Despertó. Florencia Matamala, bailarina de ballet (14 años) en Plaza de la Dignidad. Santiago – Chile.

Oscar Seguel Mangiola  @racso1965

Medusa
Noviembre 2019
Santiago de Chile

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s