Charles Bórquez, «En el borde del río».

Entrevista

Por Pedro Toro


Charles Bórquez, 1981, San Antonio. Partió desde muy joven en la música tocando punk rock, primero con guitarra y luego de cortar algunas cuerdas se hizo bajista y le quedaron gustando los sonidos graves. El puerto, el litoral de los 90s cobijó su aprendizaje, y fue creando música inmersa en esas imágenes. Ha creado música instrumental que se han utilizado en trabajos audiovisuales y también ha tocado en varias bandas. Además del bajo eléctrico, experimentó en los teclados, en el piano y hoy acepta el desafío de presentar y defender su trabajo solista. Un camino que quiere transitar con tranquilidad y harto trabajo en los detalles. Lo conocí en una actividad de “La poesía es memoria” en Cartagena y hoy escribo esta entrevista o más bien una conversación para revista Clan Kütral.


Pedro: Cuando pregunté, pensé que me dirías profesor de música, era como la respuesta lógica, pero eres profesor de inglés… ¿Cómo fue eso?

Charles: En mi parte de la rebeldía quinceañera no quería estudiar música, quería estudiar inglés, traducía las canciones palabra por palabra, tenía harto vocabulario y terminé estudiando inglés y me decían, ¿por qué no estudias música? Yo como que sentía cierta rebeldía, sentía que quizás uno iba a perder ciertas libertades. En ese tiempo estábamos ahí en el punk rock, varios cabros, varias bandas, y nos juntamos, gente que le gustaba la música, otros amigos que tenían instrumentos, otros que tenían lugares para ensayar, y empezamos a sacar covers de 2 Minutos, lo que estaba pasando en ese momento, y ahí empezamos a hacer… los primeros cinco o seis años de música fueron eso. Aprender a tocar guitarra encerrado en la pieza, tratando de hacer los acordes y gracias al punk rock…Es que esa simpleza que te acerca a tocar instrumentos de manera bastante rústica… Se hace con lo que se tiene.

Pedro: ¿Siempre fue allá en San Antonio o en Valparaíso? En ese lugar hay una movida muy distinta a lo que pasa en otras ciudades grandes, como Concepción, Santiago… Tienen otra cercanía, ¿o no?

Charles: Sí, porque yo creo que la cercanía de los pueblos pequeños genera como… hay menos distracciones, en el sentido como que, si quieres tocar guitarra, te dejan tocar, muchas cosas así, hay más contacto con la naturaleza, sobre todo en esos tiempos de los noventa. Y también, ya en el orden más poético, lírico quizás, como esta cosa de estar cerca del mar, o del horizonte, del atardecer, que pasa mucho en mis letras también.

Pedro: Justamente en el litoral, tan marcado por la poesía, con mucha gente ligada a ese mundo, eso se cuela en tus letras y también en las formas de la música.

Charles: Sí, sí, mira, fui bajista como 20 años, y yo no sabía que iba a empezar a escribir, o sea, empecé a juntarme con un montón de amigos poetas, y me decían que podía hacerlo, yo no tenía cómo, era como el Chico Molina, el amigo de Teillier, que decían que existía, que escribía, pero no escribía, que decían que tenía frases buenas, por decirlo así, en el humor, en el carrete, o las conversaciones, y nada…pues terminé con los proyectos en los que participé como bajista, y a los 35 años empecé a escribir canciones. Ya un poco alejado de la vida nocturna, empezaron a aparecer estas imágenes que yo creo que conectaban mucho con la naturaleza, con el mar también, esta cosa del horizonte, quizás el atardecer, que son colores que aparecen o en las portadas, o cierta melodía melancólica, que creo que me acompaña un poco, aunque sé que no soy un personaje melancólico, pero creo entender en esta belleza típica de las cosas, que hay ese fenómeno de los colores del atardecer, que yo les quise poner música.

Pedro: Hay una parte de mar, de humedal, de río, pero también hay otra parte que es citadina, que es urbana, digamos, y eso de tener el puerto, los botes, o el amor a los ladridos de un perro. Me imagino que todo ese mundo se va mezclando un poco, no es naturaleza vasta y amplia, sino que también está cruzada por el puerto, por el trabajo, por el obrero, por esas cosas también ¿No?

Charles: Es la naturaleza del habitante de los lugares que puede ser acá en Santiago también, yo hoy vivo en San Miguel, hay parques y entonces es como el caminante que tiene que ver, el caminante que va observando cosas. Como que muchas de las letras vienen de eso, eso que va brotando, no es como naturaleza pura, sino que es la naturaleza del habitar o del caminar en un lugar, creo yo.

Pedro: escuché tus canciones “Ya cayó la noche”, “Volver a jugar”, “América del Sol” y “En el borde del río”, que es una seguidilla de canciones que están disponibles en Spotify.

Charles: Claro, es el principio de mi proyecto solista. Mi primera canción la lancé en el 2022, a pesar de que empecé a escribirlas en el 2015, y me empecé a presentar un par de veces en el 2020. Ha sido un camino lento, pero he querido hacerlo con el máximo de belleza posible, porque soy el que compongo, bueno, además de hacer las canciones, hago los arreglos, después lo grabo, y hay otras personas ahí, amigos, que graban. Quiero darle una belleza que se mantenga en todo, en la elaboración de la portada, o en la grabación, en todo. Entonces tengo estas cuatro canciones. La cuarta se lanzó hace poquito, que fue una de las primeras canciones que hice. “En el borde del río”, que habla de la naturaleza, de un lugar y también de una memoria histórica de Tejas Verdes.

Pedro: Sí, claro, porque igual habla un poco de los desaparecidos, la memoria que está ahí cruzando ese mundo, en ese espacio de Tejas Verde, ese espacio de memoria que persiste.

Charles: Claro, o sea, aparecen estos versos que dice al comienzo:
“En el borde del río
tres Marías dan brillo
alumbrando el camino
vuelvo al hogar”

Aparecieron esos versos y claro, quise hacer la canción que empezó sobre Tejas Verdes sobre la niñez, sobre ese retorno a los lugares que uno les gusta, o que siente ese sentir de niño, quizás, como esa belleza que ojalá que puedan haber vivido todos. No quería dejar de lado también esta memoria del río, que es la memoria del río Maipo que cruza el país de cordillera a mar, sino que también, todas las atrocidades que ocurrieron en el periodo de dictadura en Tejas Verdes, también es conocido por esta memoria histórica y este legado de la creación de la Dina, de haber lanzado también al mar a personas, entonces quería dejar en estas canciones, esos versos también de que este lugar también es un lugar con memoria.

Pedro: Claro, eso también le da una potencia, es una canción suave como que llama un poco a la quietud, habla un poco de la noche, algo tranquilo, pero igual está la memoria ahí muy presente creo, siento que eso le da también una potencia sobre todo a las letras y también se percibe en la música. En algún momento hay melodías y bronces con fuerza que parecieran hacer algún llamado de algo, digamos.

Charles: Me gusta mucho el bronce, aparecieron quizá en estas bandas de cumbia, de cierta música más latinoamericana que también toqué y fueron quedándose en mí. Creo que los bronces son un recurso muy llamativo. Claro, después de esos versos “En el borde del Río” hay un solo entremedio que llega a una cierta emotividad, creo que un solo de trompeta bien hecho puede generar una emoción, y claro, he ocupado los recursos de cada instrumento que va agregando algo a la canción. En este disco que quiero terminar o en estas canciones que pasan por distintos estilos de música latinoamericana, a pesar de que yo venía con el punk rock, después con la cumbia, creo que la música latinoamericana o ciertas letras pueden ser mucho mejor recibidas, con esta música más cercana como con un bolero o con un huayno, creo que es algo que quiero hacer de esta manera.

Pedro: veo tu preocupación o tu interés también de buscar buenas portadas o buscar lo colorido o lo que pueda traer desde el mundo visual hacia tu música. Creo que hoy día todo eso conversa un poco.

Charles: La imagen es muy importante para mí porque creo que mis letras cargan muchas imágenes, siento que la portada puede ser una suma, una puerta, una llave que puede llegar a entender la canción de la mejor manera, como diciendo: “oye mira qué bonita la melodía, mira que colores tiene”, están en libertad de apreciar o no, pero yo quiero que sea como una unidad.

Pedro: Muchas Gracias, Charles.

Foto: Matías Morales (@fumattografias)

Conversamos algunas cosas más, pero no quiero que pierdan de vista la última canción de Charles. La producción, selección de instrumentos y arreglos de “En el borde del río” fueron realizadas por él. Colaboraron Pablo Carvajal en el contrabajo, Pablo López en la guitarra solista, Eric Miralrio en la percusión y Diego Castillo en trompeta. La imagen de portada, un collage digital, fue creado por Samsa, artista chileno radicado en México con el que Charles ha realizado varias colaboraciones. Kano Luna (@kanoluna) realizó animaciones a partir de esa imagen.
La grabación se realizó en enero en Hostal Estudio, Cartagena por Ody, la mezcla por Juan Pablo Escares en Estudio Naranjo y la masterización por Chalo González en estudio La Salitrera.
“En el borde del río” de Charlez Bórquez ya se encuentra disponible en plataformas digitales como Spotify, distribuida por MúsicadelSur.

Portada por @samsacarpincho.


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