Redacción sangrienta

Trujillo. Macabra escena halló anoche el vigilante de nuestra sede al promediar las 2:45 a.m. cuando vio el cuerpo sangrante de Keny Mijatovic Meza (33), quien fuera jefe de publicidad de esta casa informativa, postrado sobre la laptop aún encendida de su escritorio, con las manos en el teclado como si intentara escribir un último mensaje. Cinco profundos cortes a la altura del ombligo, el cuello abierto de un tajo, y el rostro desfigurado, terminaron con él.

Víctima y victimario ingresaron juntos al local del diario al promediar las 9:20 p.m. Venían de una comisión y cada uno se dirigió a su oficina. A esa hora todavía había gente en la sala de redacción. El asesino esperó pasada la medianoche para ejecutar el siniestro. Ningún problema representaba que se quedara. Los vigilantes sabían que en fechas de cierre el área de publicidad solía trabajar hasta la madrugada, si los clientes así lo solicitaban.

El crimen. Ocurrió a la 1:15 a.m. Minutos antes el periodista recibió una llamada de su jefe directo y subió a la oficina en la segunda planta. Tras cerrar la puerta, conversaron sobre la revista de la primavera que saldrá encartarda gratis este domingo. Luego de recibir nuevas indicaciones, el redactor le mostró unos videos en la laptop solo para colocarse detrás de él. Con la vulnerabilidad de su jefe carcajeándose, sacó el puñal escondido en el bolsillo central de su polera y le abrió de un solo tajo la garganta segundos antes de hundirlo a la altura de la yugular. Sin voz debido a la impresión, la sangre manó abundante de su cuello manchando documentos, diarios y revistas. El asesino volteó la silla reclinable y clavó en cinco ocasiones el puñal a la altura de su ombligo y estómago. Para finalizar, cortó y arrancó parte de la piel de sus mejillas y la frente; y, antes de retirarse al baño contiguo, donde se lavó y cambió de ropa, colocó a su víctima en la infame posición en la que fue encontrado por aquel somnoliento vigilante.

El perpetrador, de nombre Renato Omar Díaz Juárez (26), ha laborado como periodista de este diario desde hace cinco años. Tras desenvolverse en las secciones policiales, política, economía y cultura, su tiempo fue absorbido por el área de publicidad para editar revistas y la página de empresas y negocios, con lo cual se vio obligado a viajar una vez por semana a un punto diferente del país. Por ahora se desconocen, y es probable que nunca se esclarezcan, los móviles que lo llevaron a cometer este homicidio. Está usted leyendo la última nota que ha escrito para nuestro periódico.

Gonzalo Del Rosario
PERÚ

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