De formas y costumbres tus piernas.
De formas y costumbres tu voz escapada.
Una herida oculta del día que habita aún mis sombras.
Indumentaria exacta de mis manos tu piel, tus labios decorando un atardecer, negando fe a mi intención desarmada.
Te escuché a lo lejos con palabras cortadas en la línea que nos divide, la que nunca nos hará volver, la que nos vendió lento un deseo de fuga y caminata.
Imposible continuar.
Todo pasa y queda con solo el dicho del desastre, sin entender tristezas o alegrías desterradas.
Ahora todo parece lento y lejano.
Ahora las formas son viejas cuchillas blandiendo los pocos perímetros que te iluminaban.
Ahora las costumbres arden sin hoguera en los ojos que te ven.
Los que no son míos.
Tu voz sigue indiferente al viento que me roza; me sobra lo gris y una mesa.
Te llevo con sal y multitudes.
En las calles del sur recorrido y sin adivinar.
Te llevo en una última vez.
En una sombra.
En un espejo abierto.
Al mar y sus reflejos.
Y sigo.
Esperando puedas.
Ar García.
México
