La luz de las estrellas aun ilumina el cielo nocturno, pero pronto dejarán de brillar, su luz no podrá llegar a nosotros nunca más y el firmamento será no más que un pozo de alquitrán infinitamente profundo, oscuro e inalcanzable. Ahí es a donde va Dédalo, mi hermano, a perderse en la última frontera y no puedo sentir más tristeza, ni más orgullo por él.
–Anímate un poco, casi te veo escurrir la gota gorda en lágrimas –es la voz de mi hermano, me da un empujón en la espalda que casi me tira de cara al suelo, usualmente lo aventaría también, pero ahora simplemente sonrío–. No es un adiós, es un hasta luego.
–Tú y yo sabemos que eso no es cierto, la galaxia a la que vas está acelerando lejos de nosotros, pronto será tan rápido que nada ni nadie podrá alcanzarte, ni aunque viaje a la velocidad de la luz –Suspiro, es como si dejara de existir–, ni siquiera tus mensajes podrán llegar.
–No seas menso encontraran algo que viaje a más de la velocidad de la luz, hay modelos propuestos para naves de propulsión espacial, la teoría parece ser correcta –me levanta la cabeza un poco hablando en tono retador.
Su traje de nano-tela brilla a la luz de las estrellas y se mueve ligeramente como un mar embravecido, se está adaptando a su cuerpo, a su forma, pegándose casi directamente a su piel y pensar que algo tan delgado pude protegerlo en la oscuridad del espacio.
–Na na na na na, esas son solo teorías y te consta, además no se ha encontrado una forma viable de producir la antimateria necesaria y mantenerla.
–A a aaa –mueve su dedo negando y sonríe como si tuviera la victoria–, pero se puede producir.
–Tendría que esperar 1500 años para que se produzca la suficiente, nadie puede vivir tanto –jaque mate hermano.
–Y ¿Qué tal si se descubre cómo detener el envejecimiento? Ya se está investigando bien una forma de regeneración de telomeros, todo es posible, además yo me mantendré joven y bello por viajar casi a la velocidad de la luz; Cuando nos volvamos a ver serás una momia prácticamente, pero pues no habrá mucha diferencia, ya pareces una –se lo ganó, le doy un empujón y el traje se endurece, es como empujar una placa de metal sólido, él simplemente ríe.
–Muchos “qué tal si”, ahora me dirás ¿Qué tal si se detiene la expansión del universo? Nah no lo creo, las leyes físicas se quedan como están, tampoco va a haber naves de propulsión espacial ni sueros mágicos y… tú… tú… –Estoy por ganarle, lo tengo contra las cuerdas, pero la emoción se va de mi voz y me detengo.
Se va, en verdad se va para siempre, no más peleas como esta llenas de alegría, no más bromas ni juegos juntos, no más apuestas de quien ganara el mundial o el concurso de drag Queens, no más debates, no más secretos guardados ni chismes contados… no más nada solo… –Crees que me ganaste, pero no me vas a poder matar esta –me observa y alcanzo a ver unas lágrimas perlando sus ojos, siento como las mías fluyen de los míos–, te prometo que no importa lo que pase, este será un hasta luego, ahora quita esa cara de tlacuache aplastado ¿Va?
–No, me temo que no la quitaré pronto, te vas para… –me detengo iba a decir para siempre– Hasta luego, pero te estaré mandando abrazos cósmicos y suavecitos de tlacuache aplastado hasta entonces.
– ¿Cósmicos? –intenta sonreír, pero es obvio que no puede, los labios se le caen en una sonrisa rota.
–Sí, así los sentirás hasta donde quiera que estés en el cosmos.
–Ya cállate y mejor dame uno de una vez anda, me hará falta para el camino –antes de que termine salto hacia él y rodeo su espalda con mis brazos, apretándolo con fuerza, siento como me rodea con sus brazos también levantándome un poco del suelo y colocando su cabeza sobre la mía.
El traje reacciona y se endurece completamente, se siente frio, oscuro, impenetrable como el espacio al que irá, mis lágrimas fluyen, pero no lo tocan, no pueden llegar a él, nada podrá llegar a él. Entonces siento la calidez de sus lágrimas sobre mi cabeza y sonrío, sé que llevaré este momento, llevaré todos los momentos de mi hermano conmigo, jamás estará lejos, pero de igual forma, un hasta luego es un buen consuelo.


Daniel Fuentes Gutiérrez
México.