Soy la mujer
una luz sincroniza mis huesos
esa luz ese sombrero en la percha
esa rotura en las costillas expone aún más
los nombres de las víctimas asesinadas por ti
me desnudo me miras y una hoja de café
desprende tus ojos pero me alcanzo a desenredar
y ni siquiera tu voz es un buen salvoconducto
para huir de las imágenes religiosas que
nos atan a este simulacro.
Claudia Vila / Chile
